Cree en ti y escribe tu futuro o “El bolígrafo de gel verde”
![]() |
Eloy Moreno. Foto de su propiedad |
despertaba mi curiosidad y, ahí sí, sucumbía a la obra de turno sin ningún rubor. Hace en torno a un año y medio, mis ojos cayeron interesados sobre una reseña acerca de “El bolígrafo de gel verde”. No lo busqué entonces, aunque a partir de ahí lo vi repetidamente en los anaqueles y expositores de muchas librerías. Él, a su vez, me fue viendo también a mí, me saludaba incluso; diría que nos estábamos tomando la medida. Así, sin prisa, me dediqué a esperarle. O él me esperó a mí.
La historia que me contó me ha conmovido, y la manera como me la contó también. Es la crónica de tantas personas en nuestro siglo que, sin darse cuenta, acaban atrapadas en vidas que no viven. En vidas que no aman, en vidas que les agostan y deslucen, en vidas donde, de puro cansancio, dejan de comunicarse con quienes más quieren. Producto del hastío y del abotargamiento, pero sobre todo del estrés y de la frustración, se embarcan en objetivos livianos que devienen cruciales a sus ojos, y en pro de éstos toman cursos de acción que se ven estúpidos desde fuera, pero que desde dentro tienen pleno sentido. El estrés nos hace tomar caminos insospechados, a cada uno el suyo, y a nuestro protagonista le da por tomarla con un bolígrafo.
También sorprende -aunque no debería, pues lo vemos cada día en nuestras relaciones o en las de otros- cómo el protagonista opta por interpretar negativamente señales equívocas verbales y corporales que emiten sus seres queridos ¡en vez de preguntarles qué ocurre! Nuestro hombre se habría ahorrado muchos disgustos de haber preguntado. No es más sabio quien tiene todas las respuestas, sino quien sabe qué preguntar y cuándo.
Conforme iba abanicando sus hojas, me fue intrigando la figura de su autor, deseo que, de nuevo, escasas novelas despiertan. Así que, cuando la terminé, tecleé en la web el título. Recordaba vagamente, de la reseña leída, un camino personal de fe y tesón. Y aterricé en Mi pequeña historia.
Me conmovió más si cabe la historia de Eloy Moreno que la de su anónimo protagonista. Una historia de autarquía y resistencia, de “háztelo tú mismo” porque crees en ti, aunque los otros no crean o porque ya creerán cuando te conozcan. Una historia de plena vigencia en nuestro siglo, donde no se puede confiar en que el buen paño de nuestras competencias se vaya a vender desde su cómoda arca; donde nosotros hemos de ser nuestros mejores, y a veces únicos, valedores: nuestros propios comerciales, nuestros responsables de marketing, de distribución, de promociones o de producción.
Para construir su marca y lograr su anhelo y ambición, Eloy siguió, de manera consciente o no, una serie de pasos, que rememoro yo de mi cercanía con el marketing:
-
Construir reputación de producto: qué sabes hacer y desde qué valores lo haces. La base en su odisea fue escribir la novela que él consideraba más cuidada y creer en ella; “estás perfecta”, le piropeó al terminar.
-
Crear un envase atractivo a los sentidos y a la emoción. En su caso, autoeditar la novela de la manera que creyó más bella posible.
-
Seguimiento cuidado de la distribución y de la publicidad. Eloy fue convenciendo uno a uno a los libreros para que dedicaran un espacio en estantería a algunos ejemplares, y se entregó a la misión de avivar diariamente, con su presencia activa a la puerta de la librería, la curiosidad de los lectores hacia su novela.
-
Atención postventa. Tres años después de editada por primera vez, Eloy continúa contestando deferentemente, con amor, cada uno de los comentarios que los lectores dejan en su web.
La novela de Eloy nos propone, ante el estilo de vida que toca a muchos o en la que se dejan caer, la retirada hacia los campos y la montaña, más relajados. Particularmente, creo que son igual de válidos unos campos metafóricos, cuyo verde crecería a base de recabar cuanta más energía, versatilidad de saberes y auto-conocimiento posibles, que nos ayuden a construir resiliencia y serenidad. Ellos facilitarán nuestro tránsito por los vergeles que a veces semejan páramos, y por los páramos con pinta de vergeles. Si podemos realizar solos este caminar, como el protagonista de Eloy, tanto mejor. Si nos despistamos, con Coaching también vale. Por eso cada día se demanda más desde todas las profesiones, situaciones personales y estamentos.
Gracias, Eloy, por tu novela, y por cómo tu persona logró conducirla hasta donde está.
Te facilitamos el logro de tus objetivos. Contacta con nosotros
Maite Inglés es Coach Profesional desde 2006, en coaching personal, de ejecutivos, equipos y negocios. También ejerce el coaching terapéutico apoyándose en EMDR e Hipnosis. Acreditada PCC por ICF. Mentora de ejecutivos y negocios, y Mediadoraen conflictos civiles, mercantiles, organizacionales (intra e inter) y familiares. Economista, MBA y DEA doctoral en gestión de emociones, resiliencia y Psicología Positiva. Trabaja en español, inglés e italiano.
1 Comment
Maite Inglés
Cuando publiqué este post, escribí a Eloy Moreno en su página. Me contestó, fiel a su compromiso con sus lectores. Os transcribo misiva y respuesta. Abrazos, Maite
————————————————
Maite Inglés says:
18/09/2012 at 19:43
Apreciado Eloy,
Este verano leí tu novela. Con lo que ha supuesto para mí, he redactado la entrada para mi blog del mes de Septiembre. Espero que te guste.
http://maiteingles.blogspot.com.es/2012/09/cree-en-ti-y-escribe-tu-futuro-o-el.html
Escríbeme a mi email si te apetece comentar algo. Enhorabuena en cualquier caso.
Cuídate, abrazos, Maite Inglés
Reply
El Bolígrafo de Gel Verde says:
05/11/2012 at 23:47
Hola, Maite,
muchas gracias por escribirme.
Me ha encantado la entrada que has redactado, es de las más bonitas que he leído. Mil gracias!!
Me alegra saber que te ha atrapado tanto su lectura, que he sido capaz de transmitirte sentimientos y sensaciones a través de las palabras.
Un abrazo!
Eloy.