Abriendo puertas al futuro

Abriendo puertas al futuro

Puertas y arcos en la bella Puglia. Álbum
Diciembre suele venir corto y cargadito, así que haremos la entrada de blog corta y ligerita.
Algunos sabéis que suelo participar como mentor en diversas instituciones, de modo que habitualmente tengo cerca un mentee a quien orientar. 

Una de ellas, en tránsito entre proyectos, como varios millones de españoles, me contaba en su primera charla sus últimas experiencias recibiendo orientación laboral. 

Ante un comentario mío que la esperanzó, me habló del contraste que eso suponía, pues uno de los consultores a quienes había acudido le había dicho algo así como “Vaya, tienes frente a ti muchas puertas, pero todas ellas cerradas”.

¡Vamos, vamos…!
Este tipo de frases no suelen caer en saco roto… pero para mal. 

¿Es eso lo que un profesional, se supone que dedicado a ayudar a las personas, ha de decirle a un cliente que está desconcertado por los derroteros que pueda tomar su futuro profesional? 

Esta sentencia arbitraria y pesimista y seguramente dicha a la ligera, ¿aporta liviandad al cliente o todo lo contrario?, ¿va a ayudar a la persona a motivarse, a superarse, o más bien quizás le inoculará una inquietud que puede resultar perjudicial para ese su hacer frente a cada mañana?

Os dejo trabajo a vosotros para que vayáis practicando el cómo dar ánimos a los de alrededor, pues todos tenemos alguna persona cerca con dificultades laborales: ¿qué le preguntaríais o diríais para insuflarle esperanza, energía y pistas con las que elegir una dirección a tomar?
Al ir pensando en escribiros esto, iba canturreando mentalmente el “Y vamos abriendo puertas, y vamos cerrando heridas” de Gloria Stefan. 

Estas dos tareas, abrir puertas y cerrar heridas, son nuestra responsabilidad, la de todos. Y, por descontado, no se valen ninguna de las dos cosas que hizo ese consultor: ni ver puertas cerradas donde quizás no las hay, ni arriesgarse a abrir heridas que previamente no existían.

¡Hasta los turrones!

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Maite Inglés es Psicólogo, Economista y MBA. Coach desde 2006, en los ámbitos de coaching personal, de ejecutivos, equipos y negocios, con cerca de 2.500 horas de praxis directa con personas y equipos. 
También ejerce coaching terapéutico y psicoterapia (ansiedad, duelo, trauma, relaciones  familiares e interpersonales, comunicación, habilidades sociales,…), apoyándose en EMDR e Hipnosis clínica si el caso lo precisa y el cliente lo quiere. 
Acreditada PCC por ICF. Centro de Psicología Sanitaria propio acreditado por la Comunidad de Madrid CS-11558.  
Mentorade ejecutivos y negocios. Asesora de Empresa Familiar.
Mediadora en conflictos civiles, mercantiles, organizacionales (intra e inter) y familiares, registrada en el Ministerio de Justicia con el número 53014.
Además, MBA y DEAdoctoral en gestión de emociones, resiliencia y Psicología Positiva. 
Trabaja en español, inglés e italiano; también en formato telefónico o vídeoconferencia.

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5 Comments

Alejandro Cañizares

Interesante artículo, gracias por su publicación.

 

Maite Inglés

Gracias!

 

Anónimo

Gracias Maite. A veces una frase dicha sin darle más importancia, puede afectar en profundidad al que tenemos al lado, mucho más si es un mentee o una persona que pide consejo. Las palabras conforman la realidad, así que sin intención podemos "boicotear" a alguien haciéndole perder la fé en sus propias posibilidades. En general, ya tenemos bastante tendencia a boicotearnos a nosotros mismos, principalmente las mujeres.
Si estás convencido de que vas a fracasar, probablemente tendrás razón…¡y al contrario!

 

Unknown

Pues, casi por alusiones.. ¡ yo me estoy formando como experta en cerrajería !.
Además de desarrollar gran resiliencia, muy bien acompañada la mayoría de las ocasiones

 

Maite Inglés

La adversidad, entendida como todo aquello que nos saca de nuestra rutina segura, es el campo de pruebas y experimentación de la resiliencia. Y puede contribuir en mucho a su desarrollo y fortalecimiento, a esa forja de espíritus de que hablaban nuestros ancestros.

Un abrazo,

 

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