RELACIÓN DE PAREJA: Triunfa con estos 11 consejos

RELACIÓN DE PAREJA: Triunfa con estos 11 consejos

relación de pareja

 En una relación de pareja, al iniciar la convivencia los miembros necesitan de un periodo de adaptación. A veces, y ello no es necesariamente malo, se convierte en un tira y afloja cuando no un campo de batalla. Teniendo en cuenta estos 11 aspectos tendrás mayor garantía de éxito.

Con frecuencia, durante mis procesos de coaching o terapia de relación de pareja encuentro que, para mucha gente, no son obvios conceptos que pudieran parecerlo. Por ejemplo, recientemente mencioné el concepto “adaptation time” (tiempo o periodo de adaptación) a una cliente online fuera de España que tenía dificultades en su noviazgo.

Mi propósito al introducir este concepto era hacerle ver a mi cliente que es importante generar un acompasamiento en la relación de pareja. Este acompasamiento es un proceso que implica comprender, negociar y aceptar. La sintonía entre dos enamorados no llega por arte de magia, meramente por el hecho de amarse. Tampoco llega inmediatamente en la mayoría de casos.

Adaptarse al otro es un proceso necesario e inexcusable. Su inicio, si no ha ocurrido antes, se precipita cuando decides querer construir futuro y/o convivencia con esa persona. O cuando ya estás conviviendo pero encuentras desajustes inesperados y poco apetecibles.

Y comieron perdices

A mi cliente le sorprendieron tanto el concepto como el proceso que conlleva. Y ello porque, como mucha gente, andaba imbuida del ideal de amor romántico. ¡Ay, el amor romántico, cuánto han ayudado a afianzarlo el cine y la novela romántica!

Si recordamos algunas películas de enamorados, detectamos un esquema que se repite. Se conocen, se tantean, pueden caer uno en brazos del otro. Luego hay un tropezón fuerte de confianza al inicio de la relación de pareja. Se separan enfadados un tiempo, el tropezón se aclara, se perdonan, se dan otra oportunidad. Viven felices por siempre jamás. Es como en los cuentos de hadas infantiles, donde parece que tras la unión sólo hay perdices y ningún mochuelo.

Las parejas que se adaptan, subsisten

¡Cuántos matrimonios o parejas seguirían juntos si, al inicio de su vida en común, hubieran transitado por este proceso de acomodación!

Un periodo de adaptación es lo deseable para ambos miembros y para la salud de la relación de la pareja. Esto es así siempre que ninguno de ellos tenga tendencias de dominación o de sumisión.

Porque si se presentan estas tendencias, por desgracia el proceso se trunca. El dominador o dominadora querrá las cosas a su manera y no aceptará otra, no se adaptará. Y el sumiso o la dominada tampoco harán por sacar a la luz sus necesidades o intereses por miedo al ser dominador. O porque creen falsamente que acomodarse al/a domador/a le garantizará su amor. Y adiós a una satisfactoria relación de pareja.

Qué ocurre durante el periodo de adaptación en la relación de pareja

Durante el proceso de sana adaptación, ambos integrantes se beneficiarán de seguir estas sencillas -que no simples- ideas. Por enumerar algunos:

  • Ir mostrando cómo se comportan cuando se sienten cómodos… y cuando se sienten incómodos.
  • Nombrar en alta voz sus necesidades e intereses. Así el otro llega a conocerlas y se va acostumbrando. Muchas personas tienen la creencia de “mi pareja, si me conoce, ha de saber lo que me pasa y lo que necesito, no tengo yo que decírselo”. Este planteamiento de «pensamiento mágico» sólo trae desencuentros y disgustos. Pues al ser humano no se le ha otorgado el don de la adivinación.
  • Ir negociando y puliendo las diferencias que vayan apareciendo respecto de necesidades, intereses y otros aspectos en los que los enamorados no son iguales o en los que se mueven a distintos ritmos.

Una relación de pareja que funciona es como un engranaje bien engrasado

Podemos comparar una pareja con un engranaje de ruedas dentadas. Cada persona sería una rueda dentada que gira sobre la otra. Al inicio del periodo de adaptación, ambas ruedas encuentran fricciones iniciales al rodar juntas. Estas fricciones derivan de sus distintas personalidades, costumbres, dinámicas provenientes de las familias de origen, intereses, necesidades…

Por cierto, fricciones que siempre encontraremos son aquellas consecuencia de no ser medias naranjas (otro mito absurdo) sino naranjas enteras.

Tras un proceso de adaptación sanamente llevado, ambas ruedas terminan girando en un rodamiento suave y fluido.

Aspectos a tener en cuenta en un periodo de adaptación

En el caso que os traigo, una vez mi cliente hubo entendido concepto y propósito del periodo de adaptación, trabajamos juntas una serie de aspectos que son susceptibles ajuste.

Llegamos a los siguientes, que quiero compartir con vosotros por si os aportan ideas para la construcción o reconstrucción de vuestras respectivas relaciones de pareja.

  1. Cuando el otro habla o hace, entenderle desde sus propios paradigmas y mapas mentales, no desde los nuestros.
  2. Conocer los biorritmos, tanto propios como de nuestra pareja, y “bailar” -fluir- con ellos. A este respecto, mi cliente me compartió una anécdota muy ilustrativa. De paseo un domingo, desayunaron un fuerte brunch con la idea de andurrear todo el día por la ciudad y recogerse luego a una cena temprana. No contaban con que, a primera hora de la tarde, él fuera a sentir hambre. Así ocurrió, pero él no lo dijo. En vez de eso, la hipoglucemia en sangre lo irritó y, callado, siguió caminando en un silencio absoluto. Mi cliente, en lugar de preguntar a su novio qué le pasaba, convocó sobre su cabeza a sus nubes más oscuras de inseguridad. Se irritó ante el enfurruñamiento de él, se contagió de su estado de ánimo, estalló y se dijeron cosas feas. Todas innecesarias si ella hubiera conocido la verdadera causa del silencio de él.
  3. Alegrarnos y disfrutar cuando estoy yo o está la otra persona de buen ánimo. Asimismo, entender sin sufrir ni juzgar -o juzgarnos- cuando estoy irritado o bajo de ánimo o lo está el otro. El ejemplo anterior del brunch ilustra también este punto.
  4. Aceptar al otro con la mirada compasiva (padecer con) con que queremos que los demás nos acepten a nosotros.
  5. Interesarse por conocer las necesidades, intereses y deseos de ambos.
  6. Reflexionar sobre los valores centrales propios y calibrar cómo de parecidos son a los de nuestra pareja. A más similitud, habrá menor número e intensidad de roces y sinsabores futuros.
  7. Asumir la responsabilidad de comprometerse con la pareja, y renovar cada día este voto con acciones y pensamientos.
  8. Establecer los propios límites y animar a la pareja a establecer los suyos.
  9. Llegar a conocer cuándo el otro necesita apoyo y ofrecerlo.
  10. Aprender mediante qué mecanismos necesita nuestra pareja ser apoyada, y asimismo qué tipo de apoyo necesito yo.
  11. Todos se resumen en uno: en tu relación de pareja, siente respeto. Por uno mismo y por nuestro compañero.

¡Feliz convivencia!

Leave a Reply